
¡Agente, agente!
Estamos en guerra señores, o así al menos parece, tras la invasión de agentes secretos y encargados de seguridad por la próxima cumbre de la APEC en Chile.
¿Qué cómo lo sé? Aaaahhh, mis informantes en Santiago todo lo ven y todo lo saben, y despacharon el siguiente informe para mí.
- 0600 horas. Martes 21 de septiembre. Ahumada con Huérfanos. Pocos individuos transitan por ambas arterias peatonales. Sin embargo, uno de ellos no deja de llamar la atención. Manicero de Nuts 4 Nuts, metro 85, caucásico, corpulento, chaqueta blanca, lentes oscuros. Lee el Washington Post y sólo dice “al maniu maniu, ricou maniu”. Probablemente sea socio del conejo.
- 1000 horas. Manquehue Sur esquina Apoquindo. Puesto de volantines frente al Banco Estado. Mujer de color, metro 70 y contextura gruesa. Muy gruesa. Escucha música tribal y desayuna maíz machacado con agua y frutas. Su mascota se llama Kimba.
- 1200 horas. Vagón del Metro en dirección al centro. Estación Manuel Montt. Cinco sujetos, todos chicos, delgados, amarillos, ojos rasgados. Pasarían por mozos de restoranes chinos si no fuera por los trajes negros, los pasamontañas y las katanas.
- 1600 horas. Parque Padre Hurtado. Ciclovía. Hombre de pelo cano, contextura gruesa, caucásico, pasea en bicicleta junto a cuatro amigos que lo siguen al trote escuchando música en sus audífonos. Van dos por cada flanco y lucen amplias chaquetas de buzo con la sigla de una marca de ropa que no identifico. ¿Fábrica de Buzos Italia?
- 2200 horas. Cerro Santa Lucía. Banca con vista a Agustinas. Pareja de pololos disfruta del panorama. El con binoculares Carl Zeiss de 7 x 50 con foco libre y corrección de dioptrias y ella saca fotos con una Leica D-Lux con objetivo DC Vario-Elmarit de última generación.
- 2400 horas. Torre Entel. Sujeto de metro 70, barba negra y tupida. El individuo en cuestión luce una túnica clara con cinturón de cuerda negro, sandalias y turbante blanco. Porta un fusil AK 47 y le habla a una cámara en un idioma desconocido. Mira la torre, anota en un cuadernito, mira la torre, anota en un cuadernito.
Dicen que Bush dormiría en uno portaaviones y viajaría desde Valparaíso a Santiago en helicóptero, escoltado por dos cazas de combate. Claro, cualquiera moviliza portaaviones, helicópteros y cazas desde EE.UU. a Chile si tiene petróleo gratis en Irak.
Sin embargo, su visita es igual de chanta que la que hizo a sus tropas en Irak no es de extrañar que el portaaviones sea inflable… como el pavo que regaló a sus soldados en el día de Acción de Gracias.
El mandamás de la “land of the free and home of the brave” estará en Chile más nervioso que militar chechenio y más protegido que billete de 20 mil pesos. No es lo mismo bombardear desde la Casa Blanca que discursear desde el Diego Portales ¿ah ah ah?
En suma, chilito tendrá que prepararse en noviembre para recibirlo a él (quien figura a la cabeza de The worlds most wanted war makers) y a los otros altos dignatarios de 21 países.
Las fuerzas de orden y seguridad deberán pulir sus lumas, aliñar sus lacrimógenas, vitrificar sus escudos y ajustar los cascos, porque más de algún jetón protestará contra Bush, la globalización y el calentamiento global (no faltará el gil que combata el calentamiento global con bombas molotov).
Mientras tanto, los cafés con piernas del centro de aprontan para recibir a miles de “agentes secretos” listos para desenfundar si la ocasión lo amerita.